
Pablo Tébar nos presenta Club de juego es una historia sobre la culpa y sobre una generación con miedo a envejecer, sobrecargada de estímulos, que ve en la rutina el peor de sus fracasos.
¿De dónde nace la idea de este libro?
Estaba un día paseando por el bosque y se me ocurrió la idea de que una pareja se apuntara a un club de juegos de mesa y, a partir de ahí, se complica la cosa. También, es cierto que la muerte de mi madre en el 2017 me afectó bastante como fue y de ahí surge también un poco este libro.
Hablas de una generación que tiene un miedo al vacío
Mi generación y las venideras tenemos muy baja tolerancia a la frustración. Creemos que todo tiene que ser sobre estimulado y entretenido. Tenemos como mucho miedo al vacío.
¿Cómo ha sido crear a los personajes?
Guillermo es una especie de reflejo de mis demonios. Parte totalmente de mí y lo convierto en una caricatura con la que no quiero ser nada indulgente, pero como está contado desde la propia mente de Guillermo, pues es el lector el que lo critica. K es un invento, pero bebe de muchas cosas, de muchos miedos y de un montón de personajes que he conocido a lo largo de mi vida. K es una creación de la fantasía y Guillermo es una deformación.
¿Cómo se hace para enredar al lector en torno a esta historia, que hasta el final no sepa nada y no deje de sorprenderse?
Creo que es una mezcla de muchas cosas aunque, realmente no lo sé. Yo tengo formación de guionista. A mí hay una cosa que me funciona mucho de Stephen King que es que aunque tengo estructurada la novela me dejo llevar. Hay situaciones en las que me meto que no sé como las voy a resolver o va a salir el personaje de ellas. Intento escribirlo y disfrutarlo como si fuera el lector.
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