
Tras Matar al rey, José Luis Corral cierra la bilogía sobre el siglo más sangriento de España con Corona de Sangre. En esta novela retrata como para algunos, Pedro I fue siempre “el Cruel”, para otros “el Justiciero”. Solo hay que echar la vista a nuestra historia para darte cuenta que todos los reinados empiezan con una corona ensangrentada. Cuando Alfonso XI, Rey de Castilla y León, muere a causa de la peste negra su hijo Pedro, un joven de quince años con gran sed de poder, que ha vivido apartado y marginado de la corte, se coronará rey. Empujado por las ansias de venganza de su madre, María de Portugal, y amenazado por la vil mirada de su hermano bastardo, Enrique de Trastámara, Pedro I provocará una oleada de violencia, odio y masacres que determinarían el destino de los reinos de Castilla y León, Portugal y Granada y de la Corona de Aragón.
Para algunos Pedro I fue “el Cruel”, para otros “el Justiciero”
Esto pasa mucho en la historia. Los historiadores han tratado a los personajes con puntos de vista muy distintos. En este caso para unos es el cruel y para otros el justiciero. La historia depende mucho desde el punto de vista desde donde se mire.
Como historiador, ¿qué es lo que más te sorprende de Pedro I?
Lo primero su modernidad a pesar de que muchos de los cronistas que escribieron desde el lo hicieron desde el mundo de los Trastámara. Él puso en marcha algunos aspectos de modernidad para Castilla como su relación con los judíos.
Pedro I defiende a los judíos pero no tiene piedad con otras personas
Era una época en donde la lucha por el poder era tremenda y la Corona de Castilla era la gran lucha de la Península. En consecuencia ser rey de ahí era muy importante y, si no tenías cuidado al ejercer esa realeza podías aparecer muerto. Por lo tanto, la crueldad y violencia que desarrolla Pedro I es algo endémico en Castilla y se hacía para mantener el poder. Si no aplicabas esa violencia a tus enemigos, tus enemigos te la aplicaban a ti.
Reflejas muy bien la época difícil por la que está pasando la sociedad en ese momento
Mi ventaja a la hora de escribir la novela, reflejar la historia y contar con una documentación es que soy historiador.
¿Consideras que en las series y en las películas reflejan la Edad Media como una época muy oscura y realmente no fue así?
Sí, en la Época Medieval se construyo las catedrales góticas que son posiblemente las construcciones más ingeniosas de la humanidad. Se inventó el telescopio en el siglo XIV por unos monjes aunque, siempre se le da el descubrimiento a Galileo Galilei. Se conocían unos avances tecnológicos que ahora no se entenderían. Se introdujo el cultivo trienal en los campos, es decir sacar un mayor rendimiento de los cultivos con abonos y con aprovechamiento a partir de la rotación del cultivo. El Renacimiento empezó a denostar la Edad Media.
¿Podemos decir que está época fue de las más convulsas en la historia?
Sí, estamos en una época de crisis y son las más convulsas. Alfonso XI muere de la peste negra, hay hambres, hay epidemias, guerras y muertes. Podemos decir que ahí están los cuatro jinetes del Apocalipsis: el hambre, la guerra, la peste y la muerte. Mucha gente de esa época pensaba que era el fin del mundo porque esos cuatro jinetes del apocalipsis son los que aparecen en el siglo XIV. Podemos decir que es una época muy convulsa de los periodos más violentos de la historia de España sin duda, probablemente después de la Guerra Civil.
¿Qué características consideras que debe de tener una buena novela histórica?
Una novela histórica tiene que tener dos pilares fundamentales. Primero tiene que tener una reconstrucción del pasado, eso quiere decir que los elementos documentales y arqueológicos tienen que ser precisos. Por ejemplo, si tu pones en la Zaragoza del siglo XII, en la época de Alfonso el Batallador, al rey de Aragón comiendo una ensalada de tomates o patatas fritas, esos productos se trajeron de América y no existían en la Península Ibérica en el siglo XII. O poner un coche en 1826 no existía, es decir, tiene que haber una reconstrucción del pasado a partir de la documentación.
En segundo lugar, algo que es muy difícil, es saber captar el espíritu de una época. Colocar a una pareja de jóvenes zaragozanos como si estuvieran viviendo en un instituto de ahora eso no es novela histórica. Puede ser novela de ficción, pero no histórica. Estos dos elementos son claves para hacer una buena y correcta novela.
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