
El Teatro de las Esquinas se teñía de un aire espacial para recibir el pasado viernes a una de las estrellas del panorama musical más importantes de nuestro país, Zahara. La cantante salió antes que el resto de la banda para contar una anécdota que le ocurrió en uno de sus primeros conciertos en Zaragoza. Al terminar dos de sus músicos se subieron al escenario junto a ella para cantar uno de sus primeros temas Photofinish. Al terminar toda la banda se subió al escenario vestidos con trajes galácticos.
Sin pausa, prosiguieron con El diluvio universal o David Duchovny dos temas que forman parte de su último trabajo. Un disco que le está llenando de éxitos y que le está haciendo abarrotar las diferentes salas de nuestro país.
Zahara consiguió transportar al público a su gran universo porque de su garganta solo salía magia y es que ella tiene una gran capacidad vocal y lo que es más importante una sensibilidad única y mágica. Tras seguir recorriendo algunos de sus temas como El fango llegó un momento que nadie se esperaba que fuera a suceder, ni ellos mismos. El ordenador con el que lanzan parte de sus canciones no funciona. Ella con toda su sinceridad y sin perder la calma lo transmitió a la sala y empezó a pedir un cargador para el ordenador.

Mientras esto se arreglaba y la gente iba buscando un cargador, ella decidió seguir con el concierto de una forma acústica y con la guitarra en mano se puso a tocar varios temas. Los cargadores por parte del público comenzaban a llegar al escenario, pero por desgracia ninguno servía. Al final, decidieron seguir tocando en acústico mientras el equipo solucionaba el problema. Zahara como siempre majísima se dirigió al público diciendo que esta improvisación podía ser un regalo para todos o una decepción. La verdad que como no podía ser de otra forma fue un auténtico regalo y un placer escucharte así.
La música seguía inundando la sala de Zaragoza con canciones como El frío o General Sherman y cómo Sam Bell volvió de la luna. El público estaba cada vez más fascinado, no paraba de cantar y de arropar a la artista. Por fin, parece que se arregla el problema que habían tenido y si no estaba bien del todo nadie se dio cuenta. Zahara se vuelve a venir arriba en el concierto y deja a un lado los temas acústicos y canta Rey de reyes.
El concierto seguía yendo sobre ruedas cuando toca una canción por todos conocidas que versiona junto a Love of Lesbian, Lucha de gigantes. Móviles grabando este momento íntimo. Aplausos sin cesar se podían escuchar tras cada canción. Bandera blanca, Big Bang o uno de los éxitos de su disco Guerra y paz en donde junto a Santi nos regalarón uno de los momentos más bonitos de la noche,con el que consiguió arrancar más de un ¡Guapa! ¡Bravo!….

Zahara comunica que el concierto está a punto de terminar y que van a acabar con esas canciones que luego no van a volver a salir a tocar ninguna otra. La atmósfera se volvía a poner tierna con uno de los primeros éxitos de su carrera Tu me llevas (he de reconocer que es una de mis canciones favoritas), siguió con un poco de ritmo con Caída libre para así terminar por todo lo alto. Hoy la bestia cena en casa creo que es una de las canciones que todo el mundo estaba esperando porque con ella se desata la locura no solo encima del escenario, donde la artista lo da todo bailando, también debajo en donde se le hace un círculo para que baile y en donde el público no para de cantar y bailar.
Sin duda, Zahara no pudo terminar de mejor manera este concierto en donde a más de uno nos hizo volar, soñar y es más su voz consiguió ponernos el vello de punta. Solo una cosa más, Zahara creo que la próxima vez que vengas a Zaragoza vas a tener que añadir a tu anécdota la búsqueda del cargador. ¡Vuelve pronto!
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