C.J. Nieto: “Quería demostrar que si quitamos los adjetivos al final las personas no somos tan distintas”

C.J. Nieto nos trae “Sin Aditivos” esta nueva novela en donde ha pergeñado con el pulso de los maestros del género y que nos fascina. A finales del mes de julio, en Gran Canaria, al borde de las vacaciones y con el calor acechando cuerpos y mentes, el único objetivo del abogado protagonista de esta novela, con tanta habilidad para sacar adelante sus casos como pocos escrúpulos para complacer a sus clientes, es poder disfrutar de unos días de tranquilidad junto a su marido y su hija. Pero ni la isla ni su trabajo le darán tregua.


Amistad, amor, familia nos encontramos de todo en esta novela negra

En la novela negra clásica no se hace un retrato reconocido de los personajes tan en profundidad. En el primer párrafo de la novela es donde te indica lo que seríamos capaz de hacer por nuestros hijos. Entonces, aquí ya hacía falta ese poquito de introspección y de ahondar en la psicología de los personajes.

No aparecen adjetivos en el libro

Sí, es una restricción que me puse. Aunque venga al caso de la novela porque aquí hablamos de diferencias al ver que a unas personas se les trata de una manera y a otra de otra. Quería ver y demostrar que si quitamos los adjetivos al final las personas no somos tan distintas. Era un desafío a la hora de escribir. Esto me estimulaba a seguir escribiendo y buscar nuevas expresiones lingüísticas y también, el urdir una trama de manera que fuera el lector el que dijera lo que ha pasado porque yo no se lo quería decir claramente. Hay muchas veces que cuando se habla de literatura de evasión si leo un texto que es muy simple yo no me evado de lo que quiero. Pero, si el texto tiene una complejidad y necesito meterme en ese texto sí que me evado. A la hora de construir esto era un trabajo, pero fue bonito porque yo misma me evadía de la realidad.

Nos encontramos al personaje principal sin nombre, ¿por qué?

El protagonista no tiene nombre y es algo que hice así porque es un hombre cualquiera, al que la vida le va zarandeando y, al final, llega a donde llega. Los otros personajes sí tienen nombre y personalidad. Ayudan a contar esta historia de lealtad cuando piensas en lo que estarías dispuesto hacer por tus hijos. Me gusta dejarle espacio al lector para que imagine el personaje como él crea. Yo le digo lo que sucede y por esas cosas te acabas imaginando como es él. Realmente de los demás personajes solo se dan un par de pinceladas para que también se los puedan imaginar. Cada uno tiene que tener en su cabeza al personaje. Creo que eso es lo bonito de la literatura.

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